El texto sobre el cual esta basada la enseñanza es un trabajo de Chagme Rinpoche, un experimentado y erudito lama del siglo XVII.
¿Qué
es
la
emoción?
|
“Siempre
estamos
dispuestos
a
dejar
que
nuestra
mente
sea
tomadapor
estos
estados
emocionales.
Pero
cuando
llega
el
experimentar
en
realidad
el
sufrimiento
que
resulta
[de
ello],
somos
menos
entusiastas”.
Aquellos
que
practican
el
Vajrayana,
las
enseñanzas
tántricas
secretas,
tienen
un
compromiso
sagrado
de
no
rechazar
las emociones
del
apego,
el
enfado,
la
ignorancia,
el
orgullo
y
la
celosía.
La
razón
para
esto
es
que
si
los
abandonaran,
nunca
serian
capaces
de
descubrir
la
sabiduría
que
es
intrínseca
a
ellos.
Abandonando
los
cinco
venenos,
abandonamos
al
mismo
tiempo
cualquier
posibilidad
de
realizar
las
cinco
sabidurías,
puesto
que
ellas
no
serán
nunca
encontradas
en
ningún
otro
lugar
que
no
sea
en
las
emociones.
Este
es
el
porque,
cuando
estamos
involucrados
en
la
practica
tántrica,
debemos
trabajar
con
los
diferentes
objetos
que
dan
origen
a
las
reacciones
emocionales
con
el
fin
de
experimentar
la
correspondiente
sabiduría.
Los
objetos
mismos
del
apego,
el
odio,
etc.,
se
convierten
en
el
medio
para
liberarse
del
conflicto
emocional.
Prácticamente,
esto
significa
que
cuando
uno
de
los
cinco
venenos
aparece
en
la
mente,
tenemos
que
observar
directamente
su
esencia
hasta
que
comprendamos
que
en
realidad
no
posee
absolutamente
ninguna
existencia
real.
Percepción,
emoción,
y
sabiduría
Las
emociones
aparecen
debido
a
las
condiciones
creadas
por
nuestra
mente
confundida.
Nuestra
consciencia
fundamental,
la
cual
esta
en
un
estado
de
ignorancia
en
el
momento
presente,
proyecta
desde
si
misma
la
idea
de
un
mundo
experimentado
a
través
de
los
cinco
sentidos,
los
cinco
órganos
de
los
sentidos
y
su
relación
activa
con
los
objetos
externos.
Debido
a
nuestros
hábitos
previos,
la
mente
proyecta
desde
si
misma
imágenes
que
ella
considera
separadas
de
si
misma.
Estas
entonces
se
convierten
en
formas
que
actúan
como
objetos
para
la
vista,
sonidos
que
son
objetos
para
nuestra
oída,
etc.
La
presencia
de
estos
objetos
aparentemente
independientes
causa
el
que
la
mente
sea
perturbada,
permitiendo
la
aparición
de
las
emociones.
Por
ejemplo,
cuando
nuestros
ojos
ven
una
forma,
las
cosas
no
se
detienen
aquí,
inmediatamente
reaccionamos
a
ello.
Cuando
encontramos
la
forma
agradable,
nos
sentimos
atraídos
hacia
ella.
Si
la
encontramos
desagradable
o
repulsiva,
la
rechazamos
y
queremos
alejarnos
de
ella.
Lo
mismo
se
aplica
a
todos
nuestras
restantes
informaciones
sensoriales,
cuando
quiera
que
escuchemos,
olamos,
saboreemos
o
toquemos
algo.
Cada
vez
que
los
órganos
sensoriales
funcionan
debemos
observar
directamente
la
esencia
real
de
lo
que
esta
teniendo
lugar.
Gradualmente
llegamos
a
ver
que
el
objeto
que
estamos
percibiendo
es
realmente
tan
solo
la
mente
en
acción.
No
diferente
de
la
mente,
el
objeto
es
la
mente,
y
no
hay,
por
lo
tanto,
ninguna
necesidad
de
crear
ninguna
dualidad
artificial
manteniendo
una
clara
distinción
entre
sujeto
y
objeto.
Si
observamos
la
esencia
de
esta
no
dualidad,
la
verdadera
naturaleza
tanto
del
objeto
como
de
la
mente
que
lo
percibe,
descubriremos
la
esencia
misma
de
la
mente.
Esta
percepción
de
la
esencia
de
la
mente
tiene
lugar
cuando
todos
los
pensamientos
previos
han
llegado
a
detenerse
y
el
pensamiento
siguiente
aún
no
ha
aparecido.
La
mente
esta
en
el
presente
espontáneo,
su
propia
realidad.
Es
la
mente
la
que
ve
su
propia
esencia,
y
esto
es
lo
que
nosotros
llamamos
la
sabiduría
primordial.
La
presencia
de
la
sabiduría
primordial
en
la
mente
elimina
automáticamente
las
emociones.
Es
como
encender
una
vela
en
una
habitación
obscura:
tan
pronto
como
la
luz
esta
presente
la
oscuridad
automáticamente
se
desvanece.
Igualmente,
el
simple
hecho
de
que
la
sabiduría
este
en
la
mente
sirve
para
desvanecer
completamente
todas
las
emociones.
Si
tenemos
éxito
en
meditar
de
esta
manera,
en
el
momento
en
que
detectemos
una
de
las
emociones
en
nuestra
mente,
en
ese
preciso
instante
vemos
su
sabiduría
y
de
ese
modo
devenimos
libres
de
su
aspecto
emocional.
Esto
es
lo
que
es
conocido
como
la
apariencia
simultanea
y
la
liberación
de
las
emociones.
Cada
uno
de
los
cinco
venenos
es
reconocido
entonces
como
siendo
una
de
las
cinco
sabidurías.
Sin
embargo,
si
no
conseguimos
ver
el
aspecto
de
sabiduría
del
evento
que
esta
teniendo
lugar
en
la
mente,
nos
vemos
envueltos
una
vez
mas
en
la
dualidad.
Seguimos
al
pensamiento,
llegamos
a
ser
influenciados
por
el,
y
empezamos
a
reaccionar
al
objeto,
ya
sea
aceptándolo
o
rechazándolo,
hasta
que
la
mente
es
invadida
por
la
confusión
y
la
emoción
y
acabamos
teniendo
que
experimentar
el
sufrimiento
que
sigue.
Dice
en
el
texto
que
si
abandonamos
los
cinco
venenos
será
imposible
encontrar
ninguna
sabiduría.
La
actividad
de
las
emociones
es
la
actividad
de
la
mente.
Cada
emoción
que
aparece
no
es
otra
cosa
mas
que
la
misma
mente
en
acción,
así
que
si
rechazamos
las
emociones
estamos
al
mismo
tiempo
rechazando
la
mente.
Y
aún,
es
solamente
a
través
de
su
actividad
que
llegaremos
a
descubrir
la
actividad
de
la
sabiduría,
así
que
rechazando
la
actividad
emocional
de
la
mente
rechazamos
al
mismo
tiempo
la
posibilidad
de
encontrarnos
con
su
actividad
de
sabiduría.
Esto
nunca
nos
conducirá
a
realizar
la
realidad
ultima
de
esa
mente.
Una
nota
de
precaución
Abandonar
las
cinco
emociones
perturbadoras
es
tomar
un
camino
menos
directo
a
la
iluminación.
Es
la
camino
seguido
por
los
sravakas.
Pero
mirar
dentro
de
la
verdadera
naturaleza
de
las
emociones,
como
y
cuando
ellas
ocurren,
no
es
una
tarea
fácil.
Si
solo
nos
permitimos
observar
las
emociones
una
tras
otra
como
aparecen
en
la
mente
de
la
manera
habitual,
no
somos
mas
diferentes
que
antes.
Nada
a
cambiado.
Si
en
realidad
disfrutamos
de
nuestras
emociones,
incrementando
deliberadamente
su
fuerza
hasta
que
nos
sentimos
completamente
intoxicados
por
ellas,
nos
comportamos
como
alguien
poseído,
con
el
resultado
de
que
acumulamos
el
karma
de
un
demonio.
Puede
ocurrir
que
nos
convirtamos
en
el
tipo
de
persona
que
crece
más
y
más
orgulloso
de
su
habilidad
para
tratar
con
las
emociones
a
través
del
mirar
dentro
de
su
verdadera
naturaleza.
A
pesar
del
hecho
de
que
su
comprensión
no
esta
plenamente
desarrollada,
incrementa
el
poder
de
las
emociones.
Mas
fuertes
son
estas,
mas
grande
deviene
su
orgullo.
Ni
se
detiene
aquí.
Incluso
a
pesar
de
que
no
esta
realmente
libre
de
la
confusión
emocional,
dice
que
lo
esta,
y
se
erige
a
si
mismo
como
un
ejemplo
para
los
demás
de
como
experimentar
las
emociones
sin
ser
arrastrados
por
ellas.
Motivado
por
un
gran
orgullo,
busca
constantemente
aumentar
su
reputación,
ser
reconocido
como
alguien
muy
importante,
alguien
bien
conocido
por
su
habilidad
para
trabajar
con
las
emociones.
Más
y
más
fuera
de
control,
jamás
mas
confundido
[que
ahora],
acumula
karma
que
crece
más
y
más
negativo.
Es
difícil
para
nosotros
pensar
en
la
ignorancia
como
emoción,
pero
si
pensamos
cuidadosamente,
podemos
ser
influenciados
por
la
ignorancia
como
lo
somos
por
el
deseo
o
el
enfado.
La
ignorancia
no
es
algo
neutral
sin
efectos
o
consecuencias,
es
un
definitivo
estado
de
mente
que
nos
causa
que
actuemos
de
una
cierta
manera. |
Un
Buda
para
cada
emoción
Si
conseguimos
observar
directamente
la
realidad
de
cada
uno
de
los
cinco
venenos
como
ellos
aparecen,
los
reconocemos
como
no
siendo
otra
cosa
que
las
cinco
sabidurías.
En
el
veneno
del
enfado
y
el
odio
percibimos
la
sabiduría
como-el-espejo,
que
corresponde
al
Buda
Dorje
Sempa.
Observando
directamente
la
naturaleza
del
orgullo,
encontramos
la
sabiduría
de
la
igualdad
y
al
Buda
Ratnasambhava.
En
la
naturaleza
del
deseo
descubrimos
la
sabiduría
discriminativa
y
al
Buda
Amithaba.
Si
observamos
los
celos
vemos
la
sabiduría
que
todo
lo
consigue
y
al
Buda
Amogasidhi.
Y
cuando
observamos
la
ignorancia
encontramos
la
sabiduría
del
Dharmadatu,
la
realidad
misma,
y
al
Buda
Vairochana.
Estos
Budas
corresponden
también
a
las
diferentes
energías
elementales
del
cuerpo,
cada
una
de
las
cuales
están
relacionadas
con
una
de
las
emociones.
Mirar
dentro
de
la
emoción
produce
no
tan
solo
la
realización
de
un
aspecto
de
sabiduría,
también
transforma
el
correspondiente
elemento
del
cuerpo
en
uno
de
los
cinco
Budas.
En
este
camino
no
buscamos
abandonar
las
cinco
emociones,
solamente
observar
directamente
su
esencia
o
realidad
sobre
la
cual
son
transformadas
entonces
automáticamente
y
allí
mismo
en
las
cinco
sabidurías
y
generamos
espontáneamente
las
mentes
de
los
cinco
Budas
arquetipos.
Este
tipo
de
practica
es
empleada
por
aquellos
que
meditan
de
acuerdo
al
Mahamudra
o
la
tradición
Dzogchen.
Una
medicina
para
todas
las
enfermedades
Observar
directamente
la
esencia
o
naturaleza
de
una
emoción
es
un
método
que
puede
aplicarse
en
todos
los
casos,
del
mismo
modo
que
podemos
utilizar
una
única
medicina
para
curar
cientos
de
enfermedades.
El
practicante
de
gran
capacidad
utilizará
este
método
para
aplastar
las
emociones
tan
pronto
como
cualquiera
de
ellas
aparezca
en
la
mente.
Es
como
poner
una
pequeña
chispa
en
un
montón
de
heno
seco:
inmediatamente
arderá
en
llamas
y
será
completamente
destruido.
A
pesar
de
que
la
chispa
es
pequeña,
puede
hacer
arder
cualquier
cantidad
de
heno.
Igualmente,
tan
solo
una
pequeña
chispa
de
sabiduría
puede
hacer
arder
completamente
toda
la
confusión
de
la
mente
y
las
emociones
asociadas
con
ella,
hasta
que
todo
lo
que
queda
en
la
mente
es
la
realidad
ultima.
Aquellos
de
capacidad
media
utilizarán
este
método
como
sigue.
Tan
pronto
como
ellos
detecten
la
presencia
de
una
emoción
en
la
mente
cuando
estén
meditando,
la
observaran
directamente
con
desnuda
claridad.
La
emoción
se
calma
a
si
misma
y
libera
su
sujeción
del
individuo.
Este
proceso
se
dice
que
es
como
reconocer
la
no-dualidad
de
las
olas
y
el
agua.
Pueden
verse
muchas
olas
en
movimiento,
tomando
constantemente
variedad
de
formas
y
figuras
diferentes,
en
las
superficie
del
océano
y
aún
el
contenido
de
las
olas
es
simplemente
el
agua
misma
del
océano.
No
existe
una
distinción
real
a
hacer
entre
las
olas
y
el
agua.
Igualmente,
las
muchas
y
variadas
formas
emocionales
que
aparecen
en
la
mente
no
son
otras
que
la
misma
mente.
No
hay
por
lo
tanto,
ninguna
razón
para
rechazar
la
emoción
o
para
considerarla
diferente
de
la
mente.
El
practicante
medio
será
capaz
de
entender
esto,
y
a
través
de
experimentar
directamente
el
hecho
de
que
las
emociones
son
simplemente
la
mente,
se
calmaran
de
mutuo
acuerdo.
El
practicante
de
capacidad
ordinaria
será
capaz
a
través
de
esta
practica
de
ser
consciente
de
la
emoción
como
aparece
en
la
mente.
No
se
involucrara
ni
será
arrastrado
por
la
emoción,
lo
cual
es
lo
que
ocurre
generalmente.
Es
como
alguien
loco
recobrando
repentinamente
su
sentido
común;
libre
de
su
locura
su
consciencia
ordinaria
regresa.
Igualmente,
tan
pronto
como
tal
persona
realiza
la
presencia
de
una
emoción,
aplica
la
practica
que
considera
apropiada
en
este
caso
particular.
Siendo
consciente
de
la
emoción,
incluso
si
nuestra
consciencia
no
es
lo
bastante
clara
para
liberarnos
completamente
de
ella,
proporciona
el
punto
inicial
para
la
aplicación
de
otra,
mas
accesible
aproximación.