Vida de Gendun Rimpoché



Guendum Rimpoché fue un ser excepcional, ejemplo mismo del perfecto monje, perfecto yogui y maestro de meditación de la antigua generación de "grandes realizados" (Mahasiddhas) de Tíbet.
Poseía la facultad de hacer que sus enseñanzas fueran comprensibles por Todas las clases de seres.
Encarnación de la bondad, de la compasión y de la simplicidad, Guendum Rimpoché ha contribuido ampliamente a la expansión del Dharma en Europa, donde tiene numerosos discípulos.
Guendum Rimpoché nació en el año Tierra-Caballo (1918) en el Tíbet oriental, en la región de Kham, en el país de Nangtchen, donde sus habitantes son célebres por su bravura y su rectitud. Son numerosos entre ellos los que se consagran tradicionalmente a la ascesis mística y a la meditación en grutas. El lugar en donde nació Lama Guendum es venerado por ser el sitioen el que vino al mundo, en condiciones extraordinarias,un yogui legendario, Sangyé Yerpa.La tradición nos cuenta en efecto que fue alimentado con leche de una "dzo", la hembra del yak. Sangyé Yerpa medita en una gruta de la montaña y obtiene la Iluminación última. Sobre la ladera del peñasco se puede ver todavía una rueda del Dharma aparecida espontáneamente en la piedra, que prueba su realización.
El padre de Rimpoché, Mongdjé Dargyé, era escultor de mantras, sobre madera y piedra. Desde su más tierna infancia, Lama Guendum muestra una aspiración profunda por la espiritualidad. Con la llegada del buen tiempo sus padres conducían los rebaños a las praderas, y toda la familia vivía bajo una gran tienda.
El juego favorito de Rimpoché consistía en construir una choza de ramajes y de hojas, un poco apartada, e instalarse en postura de meditación, declarando: "soy un ermitaño". Después el joven muchacho confeccionaba un asiento con tierra, llenaba un vaso con agua, y tomando asiento sobre ese trono improvisado, confería iniciaciones, recitando plegarias al mismo tiempo. Rimpoché recuerda así este período: "A pesar de que yo no había recibido ninguna educación religiosa, todo mi ser aspiraba al santo Dharma. Yo observaba la vida que llevaban mis padres, personas simples y rectas; pero al verlos preocupados solamente por esta existencia, yo me decía:Todas las preocupaciones ligadas al mundo son inútiles y sin porvenir. ¿Qué ocurrirá después de la muerte? Una vida ordinaria no crea nada de bueno, no puede conducir más que al sufrimiento".
Yo reflexionaba profundamente sobre los tormentos que padecían los seres de los infiernos o los yidaks. Comprendí que su condición era el resultado de sus existencias anteriores consagradas únicamente a las preocupaciones del mundo. Experimenté una gran piedad por su angustia y yo temía que mis padres conocieran a su muerte una suerte idéntica. Esta intensa reflexión desvía para siempre mi mente de los asuntos mundanos.
Mi padre intenta enseñarme su oficio, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos. Yo era incapaz de manejar correctamente los útiles. Mis padres, inquietos por mi futuro, acabaron por ceder a mis repetidos ruegos de encontrar un maestro para aprender el dharma, y decidieron llevarme al Monasterio de Khyodrag, donde yo podría a la vez recibir una educación espiritual y tener garantizado lo necesario".
Hacia la edad de siete años, Rimpoché comienza por lo tanto su aprendizaje de la vía Monástica. Aunque se conformaba a las reglas de la comunidad, no sentía mucha atracción por las actividades tradicionales de los monjes: lectura y recitación de textos, confección de tormas, danzas sagradas y otros estudios formales.

A diferencia de otros monjes, lo único que le gustaba era quedarse en meditación, y pasa esos años aprendiendo a meditar a los pies de grandes maestros que vivían en el monasterio. Con todo su ser, él no aspiraba más que a las prácticas del Vajrayana, el Vehículo del Diamante, la vía rápida de realización espiritual.
Durante este período de formación, Rimpoché efectúa algunos retiros solitarios. A los diecisiete años recibe la ordenación monástica mayor, y es con veintiún años que entra en el centro de retiros de su monasterio, para cumplir el tradicional retiro de tres años y tres meses.
Animado con una fé y una devoción sin tacha, recibe completamente la transmisión y penetra en su sentido profundo. Su espíritu se impregna totalmente del de sus maestros. Practica las instrucciones relativas a las venas y a los aires sutiles de los Seis Yogas de Naropa. El no porta entonces más que un simple paño de algodón blanco, y por la realización del yoga del calor psíquico, el yoga de "Toummo", adquiere la capacidad de hacer fundir el hielo. Incluso en el corazón del invierno, permanecía en su celda sin calefacción y hacía reinar el calor por la fuerza de su absorción meditativa.Otro signo de su maestría de la meditación fue que no conoció más ni el hambre, ni la sed, y que tomaba muy pocos alimentos. Obtuvo entonces el conocimiento directo y definitivo de todos los estados de la mente hasta los más sutiles. Después de su retiro de tres años, reside numerosos años aún en el monasterio de Khyodrag, observando una estricta reclusión. Practica entonces intensamente en la soledad. La puerta permanecía cerrada, y no recibía como visita más que la del cocinero que guardaba la llave de su celda.
Un día, su lama raíz, Tulku Tendzin, vino a visitarlo; hizo abrir la puerta y le dijo: "Ahora es el momento para tí de salir.
Tu meditación ha llegado a su término, has obtenido la realización de la práctica, ya no es necesario permanecer en retiro. Eres verdaderamente detentor de una bendición, y tu puedes desde ahora realizar el bien de los seres, residiendo entre la multitud. Tu realización es inmutable, eres semejante a una roca de oro. Puedes estar seguro. Actúa ahora según tu propia voluntad".
A pesar de estas palabras, Rimpoché continúa en retiro. Después de una segunda visita de Tendzin Rimpoché, y bajo la presión insistente de Khenpo Mingyour, un siddha residente en el monasterio,y que era uno de sus lamas raíces, acepta finalmente rendirse a sus exhortaciones y deja su retiro.
El emprende entonces un peregrinaje y visita los lugares santos del Tíbet y de Nepal, donde hizo grandes ofrendas y poderosas plegarias de deseos. Después de un año así transcurrido, entró de nuevo en retiro, meditando en diferentes grutas bendecidas por los grandes siddhas del pasado, como Padmasava y Milarepa.
Es ahí donde Lama Guendum perfecciona su realización. Aunque sea presuntuoso para alguien ordinario juzgar la dimensión del espíritu de un ser iluminado, la poderosa influencia espiritual de Lama Guendum y la calurosa luminosidad de su compasión son inmediatamente percibidas. Rimpoché es igualmente renombrado por su capacidad de subyugar a los seres no humanos, llamados tradicionalmente espíritus malhechores, que causan toda clase de desequilibrios, enfermedades físicas y mentales, influencias nefastas y obstáculos, sufridos por los humanos.

En 1959, cuando los acontecimientos se precipitaron, y que la ocupación militar del Tí- bet llegó a ser total, Lama Guendum se encontraba aún en retiro. Una divinidad protectora se le apareció entonces, y le aconseja irse hacia el sur, asegurándole su protección.
Sin conocer en absoluto el camino a seguir, él se puso en camino, con dos acompañantes. Confiándose a la protección de las Tres Joyas, llega a atravesar las líneas chinas, y gana la India sin ser inquietado. Una vez en India, fue al encuentro de Gyalwa Karmapa, jefe espiritual de la escuela Kagyupa, quien le confía la dirección de un monasterio recientemente establecido en Bhután Oriental, donde permanece tres años. Después, gracias a la benevolencia de Gyalwa Karmapa, fue invitado a residir en casa de un benefactor en Kalimpong, Bengala, donde ha vivido por así decir en retiro durante una docena de años más.
Cada año Rimpoché se dirigía a Rumtek, en Sikkim, al Monasterio de Gyalwa Karmapa. Recibió así de él numerosas transmisiones.
En 1974, cuando el Karmapa se disponía a realizar su primer viaje a Occidente, se dirige a Rimpoché en estos términos: "Voy a ir a Europa y a América. Los Occidentales, a pesar de su bienestar material, son ignorantes del dharma, y por este hecho conocen muchos sufrimientos, debidos a las perturbaciones mentales que agitan su espíritu, orgullo, envidia, deseo, odioÖSólo una espiritualidad auténtica puede poner remedio a sus sufrimientos.
Si se reúnen las condiciones para la propagación del Mahayana, serás tú el encargado de ir a Europa para difundirlo. No hay nada que discutir, conozco los signos; sé que eres un lama que ha llevado su práctica hasta su término. Ha llegado para tí el momento de realizar el bien de los demás".
Rimpoché recuerda su propia reacción: "Yo me sentí abrumado por la perspectiva de tal tarea: me quedé mudo, incapaz de responder. El Karmapa posa su mano en mi cabeza y me dice sonriendo: "Un benefactor, el señor Benson, me ha ofrecido una parte de su propiedad en Francia. Hay que establecer allí un gran centro de difusión del dharma. Muchas personas podrán así acceder a la enseñanza de Buda y eso será muy beneficioso para los Occidentales.
Irás por lo tanto a instalarte en Europa. No te inquietes. Tienes el karma necesario para la realización de esta tarea. Ha llegado para tí el momento de ponerla en acción.
Yo soy el Karmapa, si tu tienes un poco de fé en el nombre de Karmapa, debes creer en mis palabras", concluyó riendo. 
"Soy un hombre viejo", le respondí. El Karmapa repuso: "Es verdad que eres mayor que yo; sin embargo yo partiré antes que tú, y cuando volvamos a encontrarnos, más adelante, yo seré un niño. Tu actividad está estrechamente ligada a la mía. Tu vendrás aún durante dos vidas más, como muy cercano a mí, después de las cuales manifestarás la completa budeidad.
Lama Guendum Rimpoché llega a Francia en Agosto de 1975. Después de esta fecha, él se consagra sin descanso a la obra confiada por el Gyalwa Karmapa: transmitir el dharma auténtico a los occidentales.
Su actividad le condujo por la mayoría de los países de Europa. Fallece el 31 de Octubre de 1997 en su habitación en Dhagpo Kundrol Ling en Auvergne.