LA ENSEÑANZA ESPECIAL DEL SABIO Y GLORIOSO REY
Patrül Rinpoche
http://yoganatural.blogspot.com/
Homenaje al Maestro.
Longchen Rabjampa, "la vasta expansión infinita", es la visión; Khyentse Ödzer,
"los rayos luminosos de la sabiduría y la compasión", constituye la meditación;
mientras que Gyalwa Nyugu, el fresco brote de los budas futuros, representa a la
conducta.
No cabe duda de que todo aquel que practique diligentemente alcanzará sin
esfuerzo la iluminación en esta misma vida pero, aun en el caso de que no logre
culminar esta práctica, su mente gozará sin duda de felicidad.
En cuanto a la expansión infinita, que es la visión, hay que conocer las tres
sentencias que golpean en el punto esencial.
Primeramente, se debe disponer la mente en un estado de relajación carente de
pensamientos, más allá de la distracción o la concentración; y así, mientras se
permanece en este estado de relajación, se debe pronunciar súbitamente con
fuerza la sílaba PHET que sacude al pensamiento.
E MA HO (¡Qué maravilla!)
En ese momento, lo único que hay es una conciencia aguda y alerta, desnuda,
penetrante, no-obstruida, inefable.
Hay que reconocer que esa conciencia intrínseca inmediata es el mismo dharmakaya.
Éste es el primer punto esencial: la introducción a nuestra propia naturaleza.
II
Seguidamente, ya sea que uno se halle en un estado de calma mental o que los
pensamientos proliferen descontroladamente, ya sea que nos sintamos alegres o
tristes o que nos asalten las emociones del apego y la cólera —es decir, en todo
momento y circunstancia—, debemos ser capaces de identificar el dharmakaya que
hemos reconocido previamente. Reuniendo, de ese modo, a la clara luz madre y a
la clara luz hija, debemos permanecer en el estado inefable de la conciencia
no-dual.
Luego, pronunciando con fuerza la sílaba PHET —que reúne los medios y la
sabiduría— destruimos una y otra vez el estado de quietud, claridad, gozo o
cualesquiera pensamientos que surjan. Entonces desaparece toda diferencia entre
el estado de contemplación y el de realización subsecuente; deja de existir
distinción alguna entre la meditación y la no-meditación y se permanece en el
estado donde ambas son indisociables. Sin embargo, si uno es incapaz de
estabilizar esa realización, es importante abandonar todas las ocupaciones
mundanas y dedicarse a la meditación dividiendo la práctica en diferentes
sesiones.
En todo momento y circunstancia, hay que morar continuamente en el estado de
simplicidad del dharmakaya y constatar que no existe sino eso.
De este modo, el segundo punto esencial consiste en permanecer en ese estado de
simplicidad.
III
En ese
momento, con independencia del apego o la aversión, de la felicidad o el
sufrimiento o de los pensamientos discursivos que puedan aparecer, nada de ello
deja rastro cuando se permanece en el reconocimiento de su liberación en el
dharmakaya. Como los dibujos hechos en el agua, su espontáneo aparecer y su
autoliberación son simultáneos. Todo lo que emerge deviene de ese modo el
alimento desnudo de la conciencia vacía; todos los movimientos constituyen la
energía creativa del rey que es el dharmakaya en un maravilloso despliegue
naturalmente puro que no deja rastro
¡A LA LA!
Y, entonces, aunque los pensamientos siguen apareciendo igual que antes, la
diferencia crucial, sin embargo, reside en el modo en que los pensamientos y las
experiencias son liberados. En ausencia de esto último, la meditación sólo es el
camino de la ilusión. Sin embargo, si uno posee este punto vital, realizará el
dharmakaya sin necesidad siquiera de meditar. Por consiguiente, continuar con
plena confianza en la liberación constituye el tercer punto esencial.
COLOFÓN:
Tal es
la visión que comprende a los tres puntos esenciales, la meditación que reúne a
la sabiduría y la compasión y la compañía de la conducta general de los Hijos de
los Victoriosos. Si pudiésemos reunir las palabras de los budas de los tres
tiempos, no sería posible encontrar una enseñanza más elevada que ésta.
La energía creativa de la conciencia intrínseca, que
es el maestro del tesoro del dharmakaya, ha extraído este tesoro desde la vasta
expansión del espacio y no de las rocas ni de la tierra. Constituye la última
palabra testamentaria de Garab Dorje y la quintaesencia espiritual de los tres
linajes de transmisión y, por consiguiente, ha sido confiado y sellado para los
hijos del corazón. Su sentido profundo habla directamente al corazón y
representa mi consejo último, el punto esencial del auténtico significado. No os
olvidéis pues del punto último del verdadero significado y no perdáis la
oportunidad de poner en práctica esta instrucción.