¿A
qué playa te encaminarías, corazón mío?
Nadie te precede; no hay camino.
...
No hay agua, ni barca, ni barquero.
No hay ni siquiera una cuerda para remolcar la barca,
ni barquero para jalarla.
...
Sé fuerte y entra en tu propio cuerpo,
pues ahí es firme tu asidero.
Allá,
no hay lluvia,
océano, sol,
ni sombra.
Allá,
no hay creación ni destrucción,
ni vivos ni moribundos,
ni la huella de la tristeza o la alegría.
Allá,
no hay ni soledad ni meditación.
nada
es
medido,
nada
desperdiciado,
nada
es
ligero,
nada
pesado.
Allá, nadie
es
poderoso
ni
débil.
Allá,
no
hay
ni
noche
ni
día.
Allá,
no
hay
agua,
aire,
ni
fuego.
Allá,
sólo
el
verdadero
Gurú
lo
permea
todo
¿A
quién
debo
acudir
para
aprender
sobre
mi
Amado?
Kabir
dice:
“Del
mismo
modo
que
si
ignoras
el
árbol
puede
que
nunca
encuentres
el
bosque,
también
puede
que
nunca
le
encuentres
en
abstracciones”.
¡Oh,
sadhu!
Mi
tierra
es
una
tierra
sin
pesar.
Se
lo
grito
bien
alto
a
todos:
al
rey
y
al
mendigo,
al
emperador
y
al
faquir:
Deja
que
todos
los
que
buscan
cobijo
en
lo
más
alto,
vengan
y
se
queden
en
mis
tierras.
Deja
que
el
fatigado
venga
y
deje
aquí
su
carga.
Vive
pues
aquí,
hermano
mío,
desde
donde
podrás
fácilmente
cruzar
a
la
otra
orilla.
Éste
es
un
país
sin
tierra
ni
cielo,
sin
luna
ni
estrellas
porque
solamente
el
fulgor
de
la
verdad
brilla
en
el
durbar
de
mi
Señor.
Kabir
dice:
“¡Oh,
querido
hermano!
Nada es esencial excepto la verdad”.
¿De
qué
sirven
las
palabras,
cuando
el
amor
ha
embriagado
el
corazón?
La
bandera
oculta
está
plantada
en
el
templo
del
cielo;
ahí
se
extiende
el
dosel
azul,
embellecido
con
la
luna
cuajado de brillantes joyas.
Ahí
está
brillando
la
luz
del
sol
y
la
de
la
luna;
Aquieta
tu
mente
en
silencio
ante
ese
esplendor.
Kabir
dice:
El
que
ha
bebido
de
este
néctar,
vaga
como
un
loco".
¡Oh, servidor!,
¿dónde me buscas?
¡Mira!
¡Estoy
junto
a
ti!
No estoy en
los
templos, ni en
las
mezquitaa
ni en la
Kaaba, ni en
Kailash.
Tampoco estoy en los ritos, ni en las ceremonias,
ni en el Yoga,
ni
en
las renunciaciones.
Si eres un verdadero buscador,
ahora
mismo,
de
inmediato,
sin
dilación,
puedes
verme.
Dice
Kabir:
¡Oh,
amigo!
Si
no
te
desprendes
de
tus
apegos
mientras vives,
¡No te desplaces al jardín lleno de flores!
"¡Oh,
Sadhu! Dios es el aliento de todo lo que
respira".
Inútil es
preguntarle a un santo
a qué casta
pertenece;
el sacerdote, el guerrero, el artesano y las treinta y seis castas,
buscan por igual a Dios.
Es
necedad
preguntar
a
qué
casta
pertenece
un
santo.
El
barbero,
la
lavandera
y
el
carpintero,
todos
buscan
a
Dios.
Hasta
Raidas
busca
a
Dios.
El
Rishi
Swapacha
pertenecía
a
la
casta
de
tintoreros.
Tanto
hindúes
como
musulmanes
Le
buscan
a
Él,
al
que
no
se
encuentra
en
las
distinciones.
Espéra-Le mientras vivas,
conóce-Le mientras vivas,
comprénde-Le mientras vivas,
pues en
esta
vida
está
la liberación.
No
es
sino
sueño
pensar
que
a
Él,
al
dejar
el
cuerpo,
el
alma
se
unirá:
Si
ahora
lo
hallaste,
también
después
lo
hallarás;
si
no,
será
morar
en
la
Ciudad
de
la
Muerte.
Si
la
unión
se
alcanza
en
el
Presente,
mañana
seguirá.
Sumérgete
en
la
Verdad;
conoce
al
Maestro
verdadero,
ten
fe
en
el
auténtico
Nombre:
"Lo
esencial
es
la
búsqueda.
Soy
esclavo
de
la
esencia
de
la
búsqueda".
¿qué
liberación
hallarás
en la muerte?
¡Oh amigo! no vayas allí.
En tu cuerpo está el jardín florido.
Siéntate sobre los mil pétalos de loto
y contempla allí la infinita Belleza.
¿Veré
amanecer
el
día,
¡Oh
Madre
Divina!,
en
que
al
pronunciar
Tu
Nombre
afluya
a
mis
ojos
un
torrente
de
lágrimas
inundando
los
bancos
de
arena
de
mi
ignorancia,
y
que
acabe
con
la
aridez
de
mi
corazón?
¿Florecerá
el
loto
luminoso
de
la
sabiduría,
que
disipe
para
siempre
mis
tinieblas?
¡Oh
Madre
Cósmica
Omnipresente,
ven
a
mí
en
forma
humana
tangible!
Solo
Tu
rostro
de
infinita
bondad
puede
desterrar
para
siempre
mi
dolor.
Los
santos
Pies
de
mi
Divina
Madre,
la
Diosa
consorte
del
Dios
Eterno,
forman
el
lago
del
néctar.
Si
la
mente
se
sumerge
en
este
lago
de
inmortalidad,
de
poco
sirven
los
ritos
sagrados.
El
alma
del
devoto
de
mi
Divina
Madre,
se
encuentra
en
esta
vida
liberada
de
las
ataduras
del
mundo.
En
verdad
su
esencia
es
la
dicha
eterna.
Si
uno
ultraja
y
el
otro
toma
represalias,
habrá
una
lluvia
de
ultrajes.
Pero,
en
el
caso
de
que
no
haya
represalias,
el
asunto
terminará.
Donde
hay
compasión,
hay
religión.
Donde
hay
codicia,
hay
pecado.
Donde
hay
ira,
hay
negación.
Donde
hay
perdón,
allí
está
el
Señor
Mismo
Todas
las
rencillas
y
peleas
emanan
de
los
ultrajes.
Ningún
poder
sobre
la
tierra
puede
herir
a
Las
palabras
de
una
persona
viciosa
son
como
múltiples
flechas
que
sólo
los
santos
pueden
tolerar.
Si
un
rayo
cae
en
el
mar,
¿qué
daño
le
puede
hacer?
Sólo
hay
agua
en
los
balnearios
sagrados;
sé
que
de
nada
sirve,
pues
me
he
bañado
en
ella.
Carentes
de
vida
son
las
imágenes:
no
pueden
hablar;
lo
sé,
porque
a
gritos
he
llorado
ante
ellas.
Nada
más
que
palabras
son
el
Corán
y
los
Puranas;
he
descorrido
el
velo
y
lo
he
visto.