SHIVAISMO
Encontramos
claramente
expresada
en
los
Upanishad
(y
ampliada
en
los
Purana)
la
doctrina
de
la
realidad
suprema
impersonal
que
es
lo
Absoluto
exempto
de
modalidades
(nirguna-Brahman)
y
la
de
su
personificación
en
una
Divinidad
única
y
suprema,
Ishvara,
el
Señor.
Dios,
siendo
la
causa
primera
que
hace
aparecer,
mantiene
y
reabsorbe
el
universo
en
su
propia
substancia,
es
visto
bajo
una
trinidad
de
aspectos
principales,
que
constituye
su
"triple
forma",
Tri-murti.
El
Uno
se
divide
en
una
trinidad
de
Personas
divinas,
Brahma
el
Creador,
Vishnu
el
Mantenedor
y
Rudra
(Shiva)
el
Destructor
del
universo
manifestado.
Brahma,
es
Ishvara
en
tanto
que
Principio
proyector
de
los
seres
manifestados
y
productor
de
los
elementos
que
constituyen
el
universo.
Es
llamado
así
porque
hace
reflejar
el
principio
supremo
(Brahman)
en
el
orden
de
la
manifestación.
Él
es
el
autor
de
una
manifestación
que
es
expresión
de
si
y
reflejo
de
lo
no
manifestado.
Vishnu,
segunda
persona
de
la
trinidad,
es
Ishvara
en
tanto
que
Principio
animador
y
conservador
de
los
seres
y
del
cosmos.
El
tercer
rostro
de
Dios,
complementario
de
los
dos
precedentes,
es
Rudra,
que
es
Ishvara
en
tanto
que
principio
transformador,
transmutador,
que
reabsorbe
los
seres
en
si
mismo.
Bajo
su
aspecto
terrible,
es
llamado
Rudra;
bajo
su
aspecto
bienhechor
y
propiciatorio
es
llamado
Shiva.
El
preside
el
paso
"más
allá
de
la
forma",
que
no
aparece
como
una
destrucción
más
que
desde
el
punto
de
vista
limitado
de
los
seres
vivos.
Es
la
disolución
de
lo
manifestado
en
lo
no-manifestado,
por
la
cual
se
efectúa
la
vuelta
a
la
inmutabilidad
eterna
del
Principio
supremo.
La
comprensión
y
la
adoración
de
estas
tres
funciones
de
la
Potencia
divina,
gracias
a
la
cual
el
mundo
llega
a
la
existencia,
permanece
y
vuelve
a
Dios
periódicamente,
constituye
la
"triple
ciencia"
védica.
Brahman,
la
Realidad
suprema,
no
puede
ser
definido,
aprehendido
por
el
lenguaje,
ni
incluso
concebido
por
el
alma
humana,
aunque
puede
ser
conocido
unitivamente
por
la
experiencia
espiritual
directa.
En
si
mismo
es
inconcebible,
y
tiene
que
ser
aproximado
por
la
ciencia
apofática
(neti,
neti.
No
es
esto,
ni
lo
otro,
ni
nada
que
pueda
ser
afirmado).
Pero
con
relación
a
la
manifestación,
Brahman
es
"Aquello
de
lo
cual
todos
los
seres
han
surgido,
Aquello
gracias
a
lo
cual
existen,
y
Aquello
a
lo
cual
vuelven
(en
la
muerte)".
Esas
son
sus
tres
funciones
cósmicas.
Las
tres
funciones
de
creación,
preservación
y
disolución
están
presentes
a
escala
universal
lo
mismo
que
en
cada
ser
vivo
o
en
cada
átomo.
En
tanto
que
Brahma,
Ishvara
preside
la
liberación
de
las
fuerzas
constructoras
del
universo
a
partir
del
Uno
no
manifestado.
En
tanto
que
Vishnu,
gobierna
todo
desde
el
interior,
opera
la
integración
y
el
sostenimiento
de
todas
las
fuerzas
en
un
equilibrio
estructurado
y
moviente.
En
tanto
que
Rudra
(Shiva),
vigila
la
vuelta
y
reabsorción
de
la
manifestación
en
su
fuente
original.
Cada
uno
de
los
tres
Dioses
representa
una
dimensión
de
lo
sagrado.
Cada
Persona
de
la
Trimurti
puede
llegar
a
ser
objeto
único
de
culto
y
de
adoración,
subordinando
a
ella
las
dos
restantes.
Cada
uno
de
los
Dioses
puede
ser
contemplado
como
Ishvara
trabajando
en
una
de
sus
funciones
providenciales.
...
...
...
...
...
...
...
...
...
El
Shivaismo
es
la
religión
en
la
que
la
preeminencia
se
da
a
la
tercera
persona
de
la
trinidad,
Rudra-Shiva,
y
en
la
que
Brahma
y
Vishnu
son
considerados
como
aspectos
secundarios.
Shiva
(la
Consciencia)
posee
ocho
características
que
son
sus
perfecciones:
-
Ser
por
si
mismo;
independencia.
-
Inmutabilidad;
no
está
sujeto
al
cambio.
-
Conocimiento
directo;
sin
intermediación
de
ningún
medio.
-
Omnisciencia;
su
conocimiento
se
extiende
a
todas
las
cosas.
-
Pureza
absoluta,
ausencia
de
imperfección,
inaccesible
a
las
limitaciones.
-
Benevolencia
absoluta,
o
gracia.
-
Omnipotencia.
-
Felicidad.
En
realidad,
Shiva
(la
Consciencia)
es
el
lugar
y
la
fuente
de
todas
las
cualidades
bellas,
buenas
y
dichosas,
de
todas
las
excelencias,
de
todos
los
atributos
benéficos.
En
El,
todas
las
cualidades
son
llevadas
a
su
perfección.
El
termino
más
general
que
se
puede
emplear
para
indicar
su
presencia,
es
"Ser"
(Sat).
Solo
Dios
"es",
El
es
plenitud
del
Ser,
mientras
que
todas
las
otras
entidades
están
movidas
por
el
devenir
y
no
hacen
más
que
existir
para
a
continuación
perecer
o
desaparecer.
El
es
también
"Consciencia"
(Chit),
Consciencia
pura
sin
ninguna
huella
de
inconsciencia.
El
Ser
y
la
Consciencia
son
como
el
sol
y
su
luz.
No
solamente
Shiva
es
Chit,
una
Consciencia,
sino
que
solamente
es
eso;
Consciencia.
El
nombre
de
Shiva
indica
que
él
es
supremamente
benéfico,
la
fuente
de
la
Beatitud
(Ananda).
El
nombre
de
Hara,
"Aquel
que
levanta",
designa
su
naturaleza
redentora:
El
limpia
todas
las
impurezas
del
alma
y
la
salva
del
perpetuo
retorno
en
la
rueda
de
la
transmigración
(samsara).
A
pesar
de
que
usualmente
se
emplee
la
forma
masculina
Shiva,
Dios
no
es
masculino
y
no
es
sino
por
convención
por
lo
que
le
llamamos
"El".
Podríamos
también
llamarle
"Ella"
o
"Ello",
ya
que
en
la
manifestación
El
aparece
bajo
las
tres
formas
de
"El",
"Ella",
y
"Ello",
masculino,
femenino
y
neutro,
Sivah
(m),
Sivâ
(f)
y
Sivam
(n).
El
contiene
en
si
mismo
la
naturaleza
masculina,
la
naturaleza
femenina
y
lo
que
es
neutro.
Shiva
es
calificado
de
nirguna,
"trascendiendo
las
cualidades",
más
allá
de
toda
determinación,
no
porque
esté
desprovisto
de
atributos
y
de
cualidades,
sino
porque
no
está
afectado
por
las
tres
cualidades
o
guna
de
la
manifestación:
satva,
rajas
y
tamas;
inteligencia,
dinamismo
e
inercia,
o
también
luminosidad,
movimiento
e
inconsciencia.
Shiva
es
a
la
vez
inmanente
en
el
universo
y
transcendente.
Se
manifiesta
bajo
la
forma
del
universo,
y
penetra
todo
pero,
al
mismo
tiempo
es
más
que
el
universo.
Constituir
la
manifestación
del
universo
no
agota
su
naturaleza.
Transciende
el
universo,
siendo
al
mismo
tiempo
la
base
de
éste.
En
tanto
que
sobrepaso
todo
lo
que
es
manifestado,
no
puede
ser
percibido
por
los
sentidos
ni
captado
por
la
mente.
En
tanto
que
trascendente,
no
tiene
nombre,
ni
forma,
ninguna
marca
ni
ninguna
característica
que
pueda
definirlo
o
imponerle
límites.
No
tiene
comienzo
ni
fin.
Está
en
calma,
sin
deseo,
ni
cólera.
Es
el
Absoluto
indivisible,
sin
partes,
siempre
en
unión
con
su
Shakti,
su
Potencia.
Shiva
detenta
cinco
funciones.
Estas
son:
el
oscurecimiento,
la
creación,
la
preservación,
la
destrucción,
y
la
gracia.
De
estas
funciones
las
cuatro
primeras
tienen
por
finalidad
última
la
gracia.
El
plan
grandioso
del
universo
es
la
liberación
del
alma
por
una
lluvia
de
gracia
divina.
Los
ciclos
cósmicos
que
gobiernan
la
evolución
del
mundo
son
el
resultado
del
libre
juego
(Lîla)
de
Shiva.
Las
almas
son
por
naturaleza
infinitas,
consciencia
pura
(Chit),
sin
forma,
omnipresentes
y
omniscientes,
pero
esta
naturaleza
verdadera
no
aparecerá
más
que
en
el
estado
de
Liberación,
ya
que
las
almas
están
asociadas
con
una
impureza
fundamental,
mala,
que
las
vuelve
ignorantes,
y
constituye
el
primer
apego
que
las
esclaviza.
Esta
impureza
innata,
esencial,
como
la
ignorancia
metafísica
fundamental
(avidya)
en
el
Advaita,
tiene
el
efecto
de
atomizar
la
consciencia,
y
velarle
su
verdadera
naturaleza,
hacerle
verse
como
un
átomo,
una
entidad
finita,
limitada,
impotente.
Esta
impureza
es
una
realidad
efectiva
sin
comienzo
que
envuelve
al
alma,
actúa
como
un
velo,
y
oscurece
su
visión.
Recubierta
de
esta
impureza,
el
alma
está
en
un
estado
de
aislamiento
anterior
a
la
entrada
en
la
manifestación.
Es
para
hacerla
salir
de
ese
estado
de
cerrazón
y
de
impotencia,
por
lo
que
Shiva
crea
el
mundo
y
hace
entrar
el
Atman
en
un
cuerpo
y
en
un
universo
producidos
por
la
Maya,
siendo
esta
dinamizada
por
la
Potencia
de
Consciencia
del
Señor.
El
alma
queda
entonces
encerrada
por
lazos
suplementarios,
causados
por
su
asociación
con
la
Maya.
Pero
al
mismo
tiempo
el
alma
adquiere
condiciones,
un
cuerpo
y
un
espíritu
que
pueden
servirle
de
instrumentos
de
su
Liberación.
Entra
el
alma
en
el
ciclo
transmigratorio.
Sin
embargo
por
el
"desgaste"
de
las
existencias
sucesivas,
la
impureza
va
madurando,
y
la
aspiración
a
la
Liberación
aparece.
La
iniciación
hace
entrar
al
ser
humano
en
la
vía
shivaita
y
pone
a
su
disposición
una
gran
riqueza
de
medios
de
salvación.
Esta
abundancia
de
medios
está
repartida
en
cuatro
tipos
de
disciplinas.
1.-
Antes
que
nada
el
fiel
shivaita
debe
de
adoptar
un
comportamiento
justo,
actuar
de
manera
justa,
leal
y
generosa.
Debe
de
poner
en
práctica
las
enseñanzas
éticas.
Eso
implica
también
la
frecuentación
de
las
personas
de
bien,
y
los
trabajos
humildes,
como
barrer
el
suelo
en
los
templos,
recoger
flores
para
el
culto,
y
otros
gestos
benévolos.
A
esto
se
le
llama
dasa-marga,
"la
vía
del
servidor".
El
objetivo
que
se
alcanza
es
salokya:
"estar
en
el
mismo
mundo
que
Dios".
2.-
La
segunda
etapa
es
la
vía
de
la
adoración
ritualizada,
que
es
caracterizada
por
los
actos
de
adoración
prescritos
por
los
textos
que
tratan
sobre
el
ritual.
A
pesar
de
que
sean
de
naturaleza
exterior,
estos
actos
son
acompañados
de
un
sentimiento
intimo
de
la
presencia
de
Dios,
análogo
al
que
un
niño
puede
sentir
hacia
su
padre.
Esta
vía
llamada
sat-putra-marga,
"la
vía
del
verdadero
hijo",
nos
lleva
a
samipya,
"el
sentimiento
de
la
proximidad
de
Dios".
3.-
La
tercera
disciplina
es
el
Yoga,
palabra
que
significa
"unión",
"reunión".
Este
método
pone
en
funcionamiento
todos
los
medios
yóguicos,
que
desembocan
en
la
contemplación
y
en
la
adoración
interior.
El
fiel
en
esta
vía
se
acerca
todavía
más
a
Dios
y
llega
a
ser
como
un
amigo
con
su
amigo.
Es
por
esto
que
es
llamada
"la
vía
del
amigo"
(sakha-marga),
y
su
objetivo
es
sarupya:
"alcanzar
la
misma
naturaleza
que
Dios".
4.-
Pero
estos
tres
tipos
de
prácticas
no
constituyen
más
que
estadios
preparatorios
en
el
camino
del
alma
hacia
la
perfección.
Ellas
hacen
al
alma
capaz
de
hacer
el
último
salto
hacia
lo
Absoluto
que
consiste
en
jñana,
Conocimiento
liberador.
La
realización
de
la
doctrina
metafísica
es
llamada
sam-marga,
porque
lleva
al
alma
directamente
al
Ser
(Sat)
que
es
Dios.
Esta
realización
permite
llegar
al
objetivo
más
elevado
de
la
existencia
humana:
la
unificación
con
la
Divinidad.
La
liberación
total
sitúa
al
Atman
en
el
estado
de
pureza
en
el
que
no
se
percibe
ya
más
como
diferente
de
Shiva.