Sappurisa
Sutta:
UN
HOMBRE
DE
MENTE
NOBLE
Anguttara Nikaya IV, 73
Traducción
al
español
por
Samanera
Thitapuñño
Monjes,
aquel
que
tenga
las
siguientes
cuatro
cualidades
debe
ser
considerado
un
hombre
innoble.
¿Cuáles
son
éstas?
Inclusive
sin
ser
interrogado,
un
hombre
innoble
revela
las
faltas
de
otros,
y
que
tanto
más
cuando
es
interrogado.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
conducido
por
el
interrogatorio,
habla
de
las
faltas
de
los
demás
sin
omitir
cosa
alguna,
sin
restricciones,
completamente
y
en
detalle.
Él,
¡oh
monjes!,
deber
ser
considerado
como
un
hombre
innoble.
Además,
aun
cuando
es
interrogado,
el
hombre
innoble
no
revela
lo
que
es
digno
de
alabanza
en
otros,
cuantimás
cuando
no
se
lo
preguntan.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
obligado
a
responder
a
las
preguntas,
habla
de
lo
que
es
digno
de
alabanza
en
otros
con
omisiones
y
titubeos,
en
forma
incompleta
y
sin
detalles.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
innoble.
Más
aún,
lo
que
posee
un
hombre
innoble
como
defectos,
no
los
revela,
aun
cuando
es
interrogado,
menos
aún
cuando
no
lo
es.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
obligado
a
responder
a
las
preguntas,
habla
de
sus
defectos
con
omisiones
y
titubeos,
en
forma
incompleta
y
sin
detalle.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
innoble.
Además,
cuando
un
hombre
innoble
posee
cualidades
dignas
de
alabanza,
las
revela,
aun
si
ser
interrogado,
cuantimás
al
ser
interrogado.
Cuando
le
preguntan,
sin
embargo,
y
conducido
por
el
interrogatorio,
habla
de
sus
propias
cualidades
dignas
de
alabanza
sin
omisiones
ni
titubeos,
completamente
y
en
detalle.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
innoble.
¡Oh
monjes!,
quien
tiene
estas
cuatro
cualidades
debe
ser
considerado
como
un
hombre
innoble.
Monjes,
aquel
que
tenga
las
siguientes
cuatro
cualidades
debe
ser
considerado
como
un
hombre
noble.
¿Cuáles
son
éstas?
Cuando
es
interrogado,
un
hombre
noble
no
revela
las
faltas
de
los
otros,
cuantimás
cuando
no
es
interrogado.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
conducido
por
el
interrogatorio,
habla
de
las
faltas
de
otros
con
omisiones
y
titubeos,
con
restricciones
y
sin
detalles.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
noble.
Además,
aun
cuando
no
es
interrogado,
el
hombre
noble
revela
lo
que
es
digno
de
alabanza
en
otros,
cuantimás
cuando
se
lo
preguntan.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
obligado
a
responder
a
las
preguntas,
habla
de
lo
que
es
digno
de
alabanza
en
otros
sin
omitir
ni
callar
nada,
en
forma
completa
y
con
detalle.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
noble.
Más
aún,
lo
que
posee
un
hombre
noble
como
defectos,
los
revela,
aun
cuando
no
es
interrogado,
más
aún
cuando
lo
es.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
obligado
a
responder
a
las
preguntas,
habla
de
sus
defectos
sin
omisiones
ni
titubeos,
en
forma
completa
y
en
detalle.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
noble.
Además,
cuando
es
interrogado,
un
hombre
noble
no
revela
lo
que
es
digno
de
alabanza
en
él,
y
menos
aún
cuando
no
es
interrogado.
Cuando
es
interrogado,
sin
embargo,
y
obligado
a
responder
a
las
preguntas,
habla
de
sus
propias
cualidades
dignas
de
alabanza
con
omisiones
y
titubeos,
en
forma
incompleta
y
sin
detalle.
Él,
¡oh
monjes!,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
noble.
¡Oh
monjes!,
quien
tiene
estas
cuatro
cualidades,
debe
ser
considerado
como
un
hombre
noble.