¿Puedes hablar sobre el dinero? ¿Qué son todos esos sentimientos acerca del dinero? ¿Qué le hace tan poderoso que la gente sacrifica su vida por él?
Esta es una pregunta muy significativa.
Todas las religiones han estado en contra de la riqueza porque la riqueza
puede darte todo lo que se puede comprar en la vida. Y se puede comprar
casi todo excepto aquellos valores espirituales como el amor, la compasión,
la iluminación, y la libertad. Esas pocas cosas son excepciones;
y las excepciones confirman la regla. Todo lo demás lo puedes comprar
con dinero. Como todas las religiones han estado en contra de la vida,
inevitablemente han estado en contra del dinero. Es el corolario natural.
La vida necesita dinero porque la vida necesita comodidades, la vida necesita
buena comida, la vida necesita buenas ropas, buenas casas. La vida necesita
bella literatura, música, arte, poesía. ¡La vida es
vasta!
Y un hombre que no puede entender la música clásica es
pobre. Está sordo. Quizás escuche —sus ojos, sus oídos,
su nariz, todos sus sentidos estarán físicamente bien— pero
metafísicamente… ¿Puedes ver la belleza de la gran literatura,
como el Libro de Mirdad? Si no puedes verla, estás ciego.
Me he encontrado con gente que ni siquiera han escuchado el nombre
de El Libro de Mirdad. Si tengo que hacer una lista de grandes libros,
eso será lo primero. Pero par ver su belleza necesitarás
una tremenda disciplina.
Sólo puedes entender la música clásica si aprendes;
y es un aprendizaje largo. Pero para entender eso, necesitarás no
pasar hambre, no sufrir la pobreza, estar libre de todo tipo de prejuicios.
Por ejemplo, los musulmanes han prohibido la música; han privado
al hombre de una tremenda experiencia. Sucedió en Nueva Delhi… uno
de los emperadores musulmanes más poderosos, Aurangzeb, estaba en
el trono. Y él no sólo era poderoso, era realmente terrible.
Hasta ese momento los emperadores musulmanes estaban diciendo que la
música iba en contra del Islam, pero eso era todo; Delhi estaba
lleno de músicos. Pero Aurangzeb no era un caballero. Declaró
que si se escuchaba cualquier música en Delhi, el músico
sería inmediatamente decapitado. Y Delhi era el centro, naturalmente,
porque había sido la capital desde hacía miles de años.
Por eso era el lugar en donde vivían todos los genios.
Cuando hizo esta declaración, todos los músicos se reunieron
y dijeron: —¡Hay que hacer algo, esto es demasiado! Solían
decir que va en contra del Islam; eso está bien. Pero este hombre
es peligroso, va a empezar a matar—. De modo que como protesta, todos los
músicos —de los que había miles— fueron al palacio de Aurangzeb.
Él salió al balcón y le preguntó a la gente:
—Quién ha muerto—. Porque lo que habían hecho… llevaban un
cadáver como los llevan en la India. Dentro no había ningún
cadáver, sólo almohadones, pero habían conseguido
que tuviera el aspecto de un cadáver. Aurangzeb preguntó:
—¿Quién ha muerto?
Y respondieron: —La música. Y tú eres el asesino.
Aurangzeb dijo: —Esta bien que haya muerto. Ahora por favor hacerme
un favor: Cavar la tumba tan profunda como podáis, para que nunca
vuelva a salir de ella.
Esos músicos y sus lágrimas no afectaron a Aurangzeb;
estaba haciendo algo “sagrado”.
Los musulmanes niegan la música. ¿Por qué? Porque
en Oriente la música la tocaban hermosas mujeres. En Oriente y en
Occidente el significado de la palabra “prostituta” es diferente. En Occidente
la prostituta está vendiendo su cuerpo. En Oriente, en el pasado,
la prostituta no estaba vendiendo su cuerpo; estaba vendiendo su genio,
su baile, su música, su arte.
Os sorprenderá saber que todos los reyes indios solían
enviar a sus hijos, que iban a convertirse en sus sucesores, a vivir con
grandes prostitutas durante unos años. Eran enviados a aprender
etiqueta, a aprender amabilidad, a aprender música, a aprender las
delicadezas del baile; porque un rey debía ser realmente rico en
todos los aspectos. Debía entender la belleza, debía entender
la lógica, debían tener modales. Esa era una vieja tradición
la India.
Los musulmanes la desbarataron. La música iba en contra de su
religión. ¿Por qué?, porque para aprender música
tenías que entrar en una casa de prostitutas. Los musulmanes están
totalmente en contra del disfrute, y la casa de la prostituta estaba llena
de risas, canciones, música, danza. Ellos simplemente lo prohibieron:
ningún musulmán podía entrar en un lugar de música;
escuchar música era pecado.
Y lo mismo han hecho las diferentes religiones; por diferentes razones,
pero han estado recortando las riquezas del hombre. Y la enseñanza
más básica es que debes de renunciar al dinero.
Puedes ver la lógica. Si no tienes dinero, no puedes tener nada
más. En lugar de cortar las ramas, estaban cortando las mismas raíces.
Un hombre sin dinero está hambriento, es un mendigo, no tiene ropa.
No puedes esperar que tenga tiempo para Dostoevsky, Nijinsky, Bertrand
Russell, Albert Einstein, no; eso es imposible.
El conjunto de todas las religiones han hecho al hombre todo lo pobre
que han podido. Han condenado tanto el dinero, han alabado tanto la pobreza
que por lo que a mi respecta, son los criminales más grandes que
ha conocido el mundo.
Fíjate en lo que dice Jesús: Un camello puede pasar por
el ojo de una aguja, pero un rico no podrá entrar por las puertas
del cielo. ¿Piensas que este hombre está en sus cabales?
Esta dispuesto a dejar que un camello pase a través del ojo de una
aguja; que es absolutamente imposible, pero acepta que incluso esa imposibilidad
podría hacerse posible. ¿Pero, un rico entrando en el paraíso?
Esa es una imposibilidad mucho mayor; no hay forma de conseguirlo.
Se critica la riqueza, se critica la abundancia, se critica el dinero.
El mundo está dividido en dos campos. El 98 por 100 de la gente
vive en la pobreza pero con una gran consolación, que en donde la
gente rica será incapaz de entrar, ellos serán recibidos
con los ángeles tocando en sus arpas, “¡Aleluya… Bienvenidos!”
Y el 2 por 100 que son ricos están viviendo tremendamente culpables
de ser ricos.
No pueden disfrutar de su riqueza por que se sienten culpables, y en
el fondo tienen miedo: quizás no les dejen entrar en el paraíso.
Por eso tienen un gran dilema. La riqueza ha creado culpa en ellos —no
serán consolados porque no están llorando—, no les dejarán
entrar en el paraíso porque tienen demasiadas cosas en la tierra.
Serán arrojados al infierno.
Por culpa de esta situación, el hombre rico vive atemorizado.
Incluso si disfruta, o trata de disfrutar las cosas, la culpa lo envenena.
Quizás esté haciendo el amor con una mujer hermosa, pero
sólo su cuerpo estará haciendo el amor. Está pensando
en el paraíso en donde están entrando los camellos,
y él se queda fuera y no tiene donde ir. ¿En estas circunstancias,
puede este hombre hacer el amor? Podría estar comiendo la mejor
comida posible, pero no la puede disfrutar. Sabe que la vida es corta,
y después de eso sólo hay oscuridad y el fuego del infierno.
Vive paranoico.
El pobre ya está viviendo en el infierno, pero vive con una
consolación. Te sorprenderá saber que en los países
pobres la gente está más contenta que en los países
ricos. He visto a los más pobres de India sin ninguna señal
de insatisfacción en absoluto. Y los americanos van dando la vuelta
al mundo buscando consejo espiritual; naturalmente, porque no quieren ser
derrotados por los camellos; quieren entrar por las puertas del cielo.
Quieren encontrar algún camino, algún yoga, algún
ejercicio como compensación.
El mundo entero ha sido vuelto en contra de sí mismo.
Soy quizás la primera persona que es respetuosa con el dinero,
la riqueza, porque te puede hacer multidimensionalmente rico.
Un pobre no puede entender a Mozart, un hombre hambriento no puede
entender a Miguel Angel, un mendigo no puede mirar los cuadros de Vincent
van Gogh. Y la gente que padece hambre no tiene suficiente energía
para ser inteligente. La inteligencia llega sólo cuando tienes en
ti energía de sobra; ellos ganando sólo pan y mantequilla
se quedan agotados. No tienen inteligencia, no pueden entender Los Hermanos
Karamazov, sólo pueden entender a algún estúpido sacerdote
en una iglesia.
Ni el sacerdote entiende de que está hablando, ni la audiencia.
La mayoría están profundamente dormidos, agotados después
de seis días de trabajo. Y el sacerdote está más cómodo
si todo el mundo está dormido, así no tiene que preparar
un nuevo sermón. Puede seguir utilizando el viejo sermón.
Todo el mundo está dormido, nadie se dará cuenta de que les
está engañando.
La riqueza es tan importante como la buena música, como la buena
literatura, como las obras maestras en el arte.
Hay personas que tienen una capacidad innata para ser músicos.
Mozart comenzó a tocar hermosa música a la edad de ocho años.
Cuando tenía ocho años, otros grandes maestros de música
ni se le acercaban. Este hombre ha nacido con esa creatividad. Vincent
van Gogh nació de un padre pobre que trabajaba en una mina de carbón.
Nunca recibió educación, nunca fue a ninguna escuela de arte,
pero se convirtió en uno de los pintores más grandes del
mundo.
Sólo hace unos días vi una foto de una de sus pinturas.
Por esa pintura fue el hazmerreír de todos los pintores, ¿qué
decir de los demás? , porque había pintado estrellas de una
forma que nadie las había visto: como una nebulosa, todas las estrellas
en movimiento, como una rueda girando continuamente. ¿Quién
ha visto estrellas así?
Incluso otros pintores dijeron: —¡Te estás volviendo loco;
eso no son estrellas!—. Y además, los árboles que había
pintado por debajo de las estrellas suben más alto que las estrellas.
Las estrellas se quedan atrás, los árboles suben mucho más
arriba. Ahora, ¿quién ha visto árboles así?
¡Esto es una locura!
Pero hace algunos días vi un dibujo de ese tipo. Los físicos
han descubierto ahora que van Gogh tiene razón: las estrellas no
son como parece, son exactamente de la forma que las pintó. ¡Pobre
van Gogh! Qué ojos debía de tener ese hombre, para ver lo
que a los físicos les ha costado encontrar cien años, con
todos sus grandes laboratorios y gran tecnología. Y Vincent van
Gogh, extrañamente, sólo con los ojos desnudos pudo comprender
la forma exacta de las estrellas. Están girando, son derviches giradores;
no son estáticas, como tú las ves.