Del capítulo 2º
Si un tirthankara desea nacer, ¿puede tomar un cuerpo físico?
Éste es un punto completamente distinto. Si un tirthankara desea renacer,
tiene lugar un suceso muy interesante que es el siguiente: antes de morir no se
deshace del cuarto cuerpo. Existe una forma de lograr esto, que consiste en
desear ardientemente ser un tirthankara. Así pues, cuando empieza a
desintegrarse el cuarto cuerpo, uno debe desear seguir manteniéndose vivo, a fin
de que el cuarto cuerpo no se desvanezca. Si esto sucediera, sería imposible el
nacimiento en forma física.
En ese caso, el puente, la conexión que existe con el plano del que usted
procede, ya no existe. Consecuentemente, el deseo de ser un tirthankara ha de
mantenerse vivo en el cuarto cuerpo. Pero no todos los seres virtuosos se hacen
tirthankaras; ya que pueden seguir su curso sin llegar a serlo. Solamente unos
pocos, y en número establecido, se convierten en tales maestros. La razón de que
el número esté establecido es asegurar que en ninguna época existan más de los
necesarios.
El deseo de convertirse en un tirthankara ha de ser muy fuerte, constituye el
último deseo y, si se titubea, se perderá la ocasión. Uno tiene que pensar:
"Mostraré a otros el Camino, les explicaré, deberé volver para ayudarlos".
Entonces, el tirthankara puede descender a un cuerpo físico. Pero tal cosa
implica el no abandonar todavía el cuarto cuerpo. Camina hacia el quinto, pero
todavía mantiene una sujeción que lo ata al cuarto cuerpo. Tal sujeción podría
eliminarse rápidamente, lo que haría muy difícil poder mantenerse en su puesto.
Hay un proceso para hacer tirthankaras; se forman en escuelas misteriosas, ya
que no se trata, en este caso, de un suceso individual. Un grupo de meditadores
se concentrarán en meditación, y de entre ellos surgirá uno que prometerá
convertirse en tirthankara. De este modo, podrá expresar lo que sabe, podrá
impartir todos sus conocimientos y podrá comunicarse con los demás. Para tal
fin, todos los componentes de la escuela mistérica empiezan a trabajar con su
cuarto cuerpo. Se dice que es necesario concentrarse en el cuarto cuerpo a fin
de impedir que se desintegre, ya que será útil en el futuro. De este modo, se le
enseñarán al elegido formas y mecanismos para conservar su cuarto cuerpo. Y el
trabajo que requerirá el conservarlo será mucho más duro que el necesario para
deshacerse de él.
Resulta muy fácil dejarse ir, y permitir que se disuelva el cuarto cuerpo.
Cuando hemos elevado las anclas, y las velas se hallan tensas por el viento
favorable, cuando el vasto océano nos está llamando, convertido en una auténtica
bendición que se extiende por todas parte, ya podrá darse usted cuenta de lo
difícil que resulta mantenerse sujeto a puerto, renunciando a la navegación. Por
esta razón, cuando nos dirigimos a un tirthankara solemos decir: "Eres el más
compasivo".
Esta es la única razón por la que se la habla así a un tirthankara. Su gran
compasión quedó completamente demostrada en el momento en que, cuando todo
estaba preparado para su partida, él permaneció firme para ayudar a los que
todavía se encontraban en la orilla, y cuyas embarcaciones no estaban listas
para hacerse a la mar. Por el contrario, la suya se halla plenamente dispuesta;
sin embargo, prefiere soportar las incomodidades de la costa, los problemas y
dificultades que ofrece esta orilla. Podría partir en cualquier momento, porque
su embarcación sigue lista; pero, por razones exclusivamente altruistas,
prefiere quedarse entre los que aquí se quedan, que incluso pueden dañarlo y
matarlo. Su compasión no tiene límites. Es una compasión que le ha sido enseñada
en las escuelas mistéricas. Por todo ello, conviene saber que los meditadores
que trabajan de forma individual no pueden convertirse en tirthankaras, porque
cuando quedan liberados del problema que les fijaba a su plano no saben qué
hacer. Solamente cuando ya ha partido la embarcación se dan cuenta de que la
costa queda lejos tras ellos…